Tres exmandatarios estadounidenses rechazaron los hechos de este 6 de enero. Foto Agencias.


El expresidente de los Estados Unidos, Bill Clinton, calificó como un "asalto sin precedentes" al Congreso de Estados Unidos y a la nación los disturbios generados el miércoles en Washington por parte de turbas simpatizantes del republicano Donald Trump.

Clinton presidente entre 1993 y 2001, culpó al mandatario saliente de fomentar la violencia y agregó que el ataque fue alimentado por "cuatro años de políticas envenenadas" y desinformación deliberada.
Hoy enfrentamos un asalto sin precedentes a nuestro Capitolio, nuestra Constitución y nuestro país". Bill Clinton expresidente de EEUU.

"La mecha fue encendida por Donald Trump y sus más ardientes allegados, incluidos muchos en el Congreso, para anular los resultados de una elección que perdió". subrayó

El expresidente George W. Bush (2001-2009) denunció en tanto a algunos de sus correligionarios republicanos por alimentar la "insurrección" en el Capitolio, comparando la situación con una "república bananera".
Así es como se disputan los resultados electorales en una república bananera, no en nuestra república democrática". George Bush sobre los disturbios provocados por partidarios del presidente Trump.

Por su parte, el expresidente Barack Obama (2009-2017) responsabilizó a su sucesor Donald Trump y los republicanos por la violencia de manifestantes en el Congreso estadounidense el miércoles, denunciando un "momento de gran deshonor y vergüenza para nuestra nación".
La historia recordará la violencia de hoy en el Capitolio, alentada por un presidente que mintió incansablemente sobre el resultado de una elección, como un momento de deshonra y vergüenza para nuestro país". Barack Obama.

"Pero nos estaríamos engañando si tratáramos esto como una sorpresa total", dijo Obama, denunciando un aumento de la violencia en los últimos meses, alimentada por la negativa de los republicanos a "decir la verdad".

La intrusión de los partidarios del presidente saliente resultó en la interrupción de la certificación de la victoria presidencial de Joe Biden durante varias horas el miércoles.